El 21 de Diciembre cósmicamente sucede el equinoccio de invierno pero también un momento crucial donde, de acuerdo a la astrología, se llegara al cambio de era. Dejaremos de pertenecer a la de Piscis para entrar en la de Acuario. Es el final de un ciclo de 26.000 años, el final de los tiempos, no de la vida. Este transito, no sucederá en un día, sino en un período, donde se darán situaciones como la pandemia para ayudar a la toma de conciencia. Que en palabras simples significa, asumir que la vida sobre la tierra tiene que cambiar. ¿Que no lo harán todos los humanos? Totalmente lógico. Pero el despertar está llevando a revisar formas de vida donde el capitalismo, el consumismo, la discriminación y la inequidad, merecen un remezón. Repito, no sucederá en un día, pero se esperan cambios fuertes en los próximos meses. Habrá cuestionamientos, crisis, caos, angustia, desconcierto. Es parte del período de transición. No tiene que mirarse con sensación de cataclismo sino de movimiento. O ¿usted es de los que cree que el mundo va bien?
Somos seres de energía, lo dice la Cuántica que desde su teoría, cuestiona la Física de Newton. Al ser energía vibramos en ondas y frecuencias que se sienten en el cuerpo. Cansancio, fatiga, desazón, incomodidad, desasosiego. No es chamanismo, ni brujería. Es el cosmos generando vibraciones que captamos como seres energéticos. Existe una conciencia cósmica, así como existe un inconsciente colectivo. Los planetas se mueven ¿lo duda? y Plutón moverá las energías del mundo para soltar lo viejo. ¿Qué tiene que ver el movimiento de los planetas con una nueva forma de vida? Conciencia cósmica: todo esta conectado. Se acaban las certezas y llega la incertidumbre que no es pavorosa sino creativa. Imagine una moneda de dos caras: en un lado la incertidumbre, el miedo, en el otro la creatividad. Como todo es incertidumbre todo esta por hacerse… Es el final del tiempo conocido, para dar paso a una nueva época. Es despedirse de lo viejo. Plutón, un planeta pequeño pero muy importante estará ”limpiando” energéticamente viejas creencias vividas desde la influencia de un Capricornio “viejo y desgastado”, contribuyendo al desapego que pareciera fuera una de los sellos que marcara la nueva vida. Lo material ya no es tan importante. Es prioritaria, si, la búsqueda del equilibrio en todos los niveles.
Se me revuelve el estómago cuando encuentro la prepotencia de la Ciencia, con esa rigidez que se gasta para descalificar lo que no ha podido evaluar en un laboratorio. Cuando desde el olimpo de la razón, descalifica lo que “no entiende”. O no percibe, o no siente. Es impactante cómo desconoce sabidurías o saberes ancestrales porque no han pasado por el tamiz de sus pruebas. Es una paradoja: solo cree en lo suyo. Si hay situaciones nuevas, la Ciencia carece de elementos para evaluarlas, por ello las descalifica. Un circulo vicioso: no apruebo por qué no se cómo hacerlo, desborda el saber científico, por ello no existe. Hasta que encuentra el instrumento probatorio, lo avala y ya es científico. La Ciencia puede llegar a ser tan rígida como una religión. Pero en este nueva conciencia cósmica, el “permiso energético” para cuestionar lo que ha generado tanto desequilibrio esta a la orden del día. Es el final de los tiempos…
Gloria H. @GloriaHRevolturas
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